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Luego del final de la batalla contra la legion, Adalera, una daenei forjada por la luz decidió iniciar un nuevo camino, siendo ahora parte de la alianza sabía que tendría un mundo nuevo que conocer, nuevas peleas por pelear y muchas especies que ver, aunque este planeta no podría reemplazar a Argus era su nuevo hogar y quería conocerlo, inicio buscando mapas en Stormwind, la recibió una Pandaren que era la bibliotecaria, había visto esta raza peleando con sus propias manos en Argus contra los demonios y sabia que eran muy hábiles así que no espero y le pregunto cual era su ciudad, le hablo de una tortuga gigante y como todo un pueblo vivía en su caparazón, era una historia increíble, aunque no había forma precisa de saber donde estaba en este momento también le habló de Pandaria, un continente que era el hogar original de la raza Pandaren, dándole un libro sobre el bosque de jade la Draenie puso su rumbo a Pandaria.
Adalera tomo el portal que la dejaría en el bosque de jade, a pesar de que la guerra de pandaria había terminado ya hace años, tanto la alianza como la horda mantenían tropas y portales al continente, siempre preparados por si era necesario volver a las filas en la batalla, pero Adalera no estaba aquí para pelear, ella quería conocer la belleza de este nuevo mundo, no tardo mucho para encontrar la primera aldea Pandaren donde pudo comer, beber y divertirse con las historias, los pequeños pandaren aun se emocionaban por las razas fuera de su continente y corrían alrededor de cualquier viajero, todos alagaban su brillante cuerpo y sus marcas, Adalera más que alagada también comenzó a hablar del espacio y como era originalmente su planeta Argus.
Luego de algunas horas, Adalera guardo la comida que había conseguido y dio marcha hacia el bosque, tenia un mapa que no era del todo preciso, pero tenía muchas ganas de ver todo, así que no le importo, de todos modos si se llegara a perder siempre podria usar la piedra que le dieron y volver a la taberna de la aldea. Asombrada vio como los hozen pelebean por la comida, unos extraños hombres pez que nunca había visto cuidaban de los ríos y tenían sus propias tradiciones, entre tanto caminar comenzó a sentir cansancio, sin contar que ya necesitaba un buen baño, a lo lejos vio lo que parecía ser algún tipo de picinas naturales y el agua parecía ser bastante clara, sin pensarlo dio marcha rápidamente esperando lanzarse al agua pero llegando vio a una pandaren que ya le había ganado en entrar al agua. Sabiendo lo amistosos que eran saludo consultando si ella también podría entrar, la Pandaren rápidamente se dio vuelta y con una sonrisa la saludo “oh, que tenemos aquí, pareces como una de esas Draenei que venían seguido pero eres algo distinta” Adalera noto que la pandaren estaba desnuda en el agua, sonrojada e intentando no ver mucho respondió “Si, soy nueva en el planeta, realmente estaba en el espacio y por eso tengo mis tatuajes que simbolizan la luz” pensando que debía irse para darle privacidad a la pandaren escucho “un gusto, por favor, de seguro venias a darte un buen chapuzón, no seas tímida y entra, eso sí, no creo que sea buena idea entrar con esa armadura que traes” Adalera notando que realmente no tenia algo que fuera como un traje de baño supuso que tendría que entrar al agua desnuda, de todos modos la pandaren ya estaba así, con algo de vergüenza comenzó a quitarse la armadura dejándola a un costado, cuando estuvo desnuda pudo ver la mirada de la pandaren, parecía que le gustaba lo que miraba, incluso se lamia los labios, adalera suponía que esto debía ser la forma en que los pandaren demostraban que les gustaba algo.
Al entrar el agua noto que era algo muy especial, su cuerpo inmediatamente se relajó y podía ver sin problemas toda la piscina, el agua era muy cristalina, sonriendo estiro la mano a la pandaren “Soy Adalera, es un gusto conocer a alguien nuevo”, la pandaren sentándose al lado de Adalera toma la mano y responde “El gusto es mio, soy Panfy, me encanta conocer razas nuevas así que bienvenida a Pandaria” pronto comenzaron a hablar y contar historias, Panfy pronto saco de su bolsa una botella y indicó que era un licor muy famoso de la localidad, dándole un poco a Adalera ambas siguieron relajadas en al agua, pronto Adalera sintió el efecto de la bebida, era mas fuerte que las que conocía y no podía creer lo rápido que la cabeza había comenzado a darle vueltas, pronto sintió a la pandaren envolviéndola con las manos “Parece que no tienes tanta resistencia pequeña Adalera, que te parece si vamos a mi cabaña para que puedas ponerte mas comoda?” Adalera asintió con la cabeza riendo un poco “Si, creo que necesito descansar en algo esponjoso y cómodo, espero no ser una molestia”, la Pandaren con una gran sonrisa “Para nada, tengo algo perfecto para ti”. Ambas, sin darse la molestia de ponerse su ropa de nuevo caminaron desnudas por el bosque de jade, la Pandaren evito que cualquiera los viera mientras llevaba del brazo a la Draenei, pronto llegaron a una cabaña que estaba a la mitad del bosque, ni siquiera había un camino que pasara cerca, entraron rápidamente y la pandaren con cuidado dejo a Adalera en un sofa hecho con materiales del bosque.
Adalera vio como la pandaren ponía sus cosas junto con las de ella en la mesa, aun desnuda no parecía que fuera a vestirse prontamente “disculpa, pero ¿me pasarías mi armadura? No quiero faltarte el respeto en tu hogar”, la Pandaren se sienta al lado de Adalera y pasando su mano lentamente por la pierna “No te preocupes, eres mi invitada, como estas, eres realmente perfecta” en ese momento la Pandaren le dio un beso a medida que acariciaba su cuerpo, Adalera aun bajo el efecto de la bebida no podía pensar bien pero sentía que el beso de la Pandaren era fantástico, no era parte de sus planes pero pronto quería mas y deja que la continúen besando, sentía como acariciaban sus pechos y pronto los dedos de la Pandaren entran en su entrepierna, empezando a gemir Adalera intenta también acariciar a la Pandaren, fueron dos horas donde ambas se besaron y jugaron entre sí, Adalera con la respiración agitada y sudando estaba facinada, nunca había tenido tanta diversión con algún otro Draenei y ahora una raza que era desconocida tan solo hace unos meses estaba siendo su compañera, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la Pandaren la comenzó a acariciar en la cabeza “y dime mi linda Adalera, ¿alguien sabe que estas aquí conmigo?” Adalera extrañada por una pregunta así responde “No, Sali a explorar pero nisiquiera avise a alguien que venia a este continente, solo me vieron en la aldea pero supongo que simplemente fui un viajero más”, la Pandaren con una sonrisa aun mas grande que todas las que había dado dijo “Perfecto mi deliciosa Adalera” sin darle tiempo de reacción abrió la boca y metió la cabeza de Adalera dentro, esta sin entender que pasaba se retorcia pero estaba tan cansada por todo lo que había pasado que realmente no estaba dando una gran pelea, sintió como la lengua de la Pandaren cubría su rostro de saliva y escuchaba los sonidos de deleite de Panfy, con un sonido sordo la Pandaren trago llegando hasta los pechos de Adalera, ella gritaba mientras era apretada por la garganta de la Pandaren pero afuera apenas se podía escuchar algo, mucho menos entender algún grito, abriendo más sus mandíbulas logro meter los pechos dando suaves mordidas a su comida, disfrutando del sabor único que tenia esta nueva raza de Draenei, Panfy realmente había comido muchas Draenei que como Adalera habían venido conociendo el bosque, pero este sabor era especial, seguramente tener tanto contacto con la luz había provocado que la carne fuera mas suave y tuviera un sabor dulce, sin perder tiempo sujetó las piernas de Adalera y la comenzó a empujar, ahora entrando más rápidamente Adalera estaba desesperada, rogaba ayuda, prometía de todo a Panfy pidiendo su libertad, pero lo único que pasaba era que su cabeza entraba más y más en el estómago que estaba ansioso por digerir a Adalera.
Panfy rápidamente llego hasta los pies de Adalera, dándose unos minutos extras paso lentamente su lengua por cada parte saboreando lo ultimo de la nueva carne que había obtenido, pronto con un simple sonido, el cuerpo de Adalera se despidió del exterior y entro totalmente en el estomago de la pandaren, acostada y ahora con un estomago gigante que se movía y parecía que lloraba Panfy sonreía y se acariciaba, ya había comenzado con la digestion y sabía que luego de una siesta ya podria volver a moverse con normalidad, revisaría las cosas de la Draenei y las enterraría en su patio, a este ritmo pronto no quedaría espacio sin que una armadura este enterrada en el olvido.
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